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Conductividad eléctrica del suelo: la nueva aliada del agrónomo para la agricultura de precisión

Comprender cómo medir y aplicar los datos de conductividad eléctrica del suelo en la agricultura es fundamental para el agrónomo moderno.

 

Conductividad eléctrica del suelo: la nueva aliada del agrónomo para la agricultura de precisión

El suelo es el mayor patrimonio del productor rural, y mantenerlo saludable y fértil es una actividad clave para el agrónomo que busca ser reconocido por mejorar los resultados de productividad de las fincas en las que trabaja.

Al mismo tiempo, la agricultura de precisión ha demostrado, y en la actualidad todo el medio agrícola ya lo comprende, que el suelo de una finca nunca es uniforme, existiendo variabilidades capaces de impactar en la rentabilidad total de las labranzas.

Entonces, guiar la siembra o la aplicación de fertilizantes basándose en el promedio del terreno, al mismo tiempo que puede significar un desperdicio en áreas más fértiles de la finca, inevitablemente representará una pérdida significativa de productividad en áreas de suelo menos fértil.

Por lo tanto, conocer y entender esta variabilidad es una de las principales responsabilidades del agrónomo, quien cada vez más utiliza herramientas para realizar este diagnóstico basado en datos, georreferenciando cada metro cuadrado y generando mapas como los de fertilidad, compactación del suelo, población de semillas, entre otros.

Ahora, esta búsqueda constante de datos que permitan comprender mejor las variabilidades del suelo e aumentar aún más la productividad agrícola ha ganado una nueva y poderosa herramienta, permitiendo la superposición de información y un detalle aún más preciso del suelo de las fincas: los mapas de conductividad eléctrica aparente del suelo (CEa).

Para ayudarte a entender un poco más sobre qué es la conductividad eléctrica del suelo, cuál es su importancia para la agricultura y cómo utilizar estos datos para agregar aún más valor a tu consultoría agronómica, nosotros de Falker hemos preparado este artículo.

Aquí encontrarás:

¿Qué es la conductividad eléctrica del suelo?

¿Cuál es la importancia de medir la conductividad eléctrica del suelo en la agricultura?

Tecnologías para analizar la conductividad eléctrica del suelo

¿Cómo medir la conductividad eléctrica del suelo?

El mejor medidor de conductividad eléctrica del suelo

¡Buena lectura!

¿Qué es la conductividad eléctrica del suelo?

La medición de la conductividad eléctrica del suelo es una técnica relativamente nueva para investigar la variabilidad de los suelos agrícolas y que ha ganado relevancia en el ámbito de las prácticas de agricultura de precisión en los últimos años.

La técnicamente denominada Conductividad Eléctrica aparente del suelo (CEa) mide la capacidad del suelo para conducir o transmitir corriente eléctrica en su medio, y se denomina "aparente" porque representa un valor absoluto según la condición del ambiente específico en el momento de su levantamiento.

En otras palabras, según la variabilidad de humedad y temperatura en el momento de la recolección de datos, este valor absoluto puede ser diferente. Por lo que se trata como "aparente", es decir, al realizar dos levantamientos de conductividad eléctrica del suelo en la misma parcela de una finca en épocas distintas se obtienen dos mapas diferentes.

Sin embargo, como explican el CEO de Falker, Marcio Albuquerque, en el artículo “Agricultura de precisión en el sistema integrado de producción de soja y maíz”, publicado en el libro 3ª Vitrine Tecnológica Agrícola (Uniselva, 2022, p. 186):

al analizar cómo varían los datos, encontraremos una gran similitud en la forma de sus 'manchas'. Por ejemplo: trazando un gráfico con los valores promedio de la primera medición, tendremos una curva con una determinada firma. Al trazar el gráfico de la segunda medición (realizada en un momento y condición diferentes), tendremos una curva similar a la de la primera medición, pero desplazada en sus valores absolutos

Según los autores, esta característica "ejemplifica que la temporalidad no ejerce una gran influencia en el índice de conductividad, y que su variabilidad se mantiene a lo largo del tiempo, ya que es una característica de la naturaleza del suelo y no se altera a menos que se realice alguna operación que modifique drásticamente la estructura del suelo".

¿Cuál es la importancia de medir la conductividad eléctrica del suelo en la agricultura?

Para responder a esta pregunta es importante señalar que, por sí sola, el análisis de la conductividad eléctrica del suelo no tiene relevancia agronómica, pero es una forma indirecta poderosa de conocer las variaciones de suelo existentes en un área.

Esto se debe a que la conductividad eléctrica tiene una correlación directa con la textura del suelo y con su capacidad de almacenamiento de agua y, en menor escala, con otras características físicas, como la Capacidad de Intercambio Catiónico (CIC) y el contenido de sales, por ejemplo.

Al diagnosticar la conductividad eléctrica del suelo, generando un mapa de variabilidad extremadamente detallado, que incluso puede ser la base para la creación de zonas de manejo, el agrónomo conoce casi instantáneamente la variabilidad del área prácticamente en cada metro cuadrado de la finca, lo que le permite, por ejemplo, dirigir el muestreo del suelo de acuerdo con la variabilidad encontrada, optimizando costos de muestreo o, incluso, dirigir inversiones en agricultura de precisión hacia las áreas menos uniformes de la finca.

Y más: debido a su relación directa con la presencia de cationes y, por consiguiente, de nutrientes disponibles para las plantas, la medición de la conductividad eléctrica del suelo puede ser una de las herramientas que orienta al agrónomo en la siembra con población variable de semillas y también en la aplicación de fertilizantes, para aprovechar al máximo el potencial de cada parte del cultivo.

En el contexto de la agricultura de precisión, donde es crucial conocer, georreferenciar y tratar cada variabilidad del suelo según sus características y necesidades específicas, aplicando más o menos insumos, mayor o menor población de semillas, más o menos riego, el análisis de la conductividad eléctrica del suelo se presenta como una excelente, moderna y revolucionaria herramienta.

Tecnologías para analizar la conductividad eléctrica del suelo

Existen básicamente dos tipos de tecnología para medir la conductividad eléctrica del suelo: la resistiva y la inductiva.

Según explican Albuquerque y Abreu (Uniselva, 2022, p. 186-187), el método resistivo "consiste básicamente en al menos cuatro electrodos, dos potenciales y dos de corriente, igualmente espaciados, que requieren contacto directo con el suelo (normalmente en forma de discos de corte), de manera que se pueda 'inyectar' una corriente eléctrica a través de los potenciales y realizar la 'lectura' de la diferencia entre la corriente emitida y la recibida, lo que resulta en la resistividad eléctrica, siendo su inverso (1 resistividad-1) igual a la Conductividad Eléctrica aparente del suelo, comúnmente expresada en miliSiemens por metro".

Por otro lado, la tecnología mediante el método inductivo, según los mismos autores, "tiene como característica principal dos bobinas electromagnéticas con un espaciado conocido entre ellas; una es responsable de inducir un campo electromagnético sobre la superficie del suelo que se propagará dentro de un rango de profundidad proporcional a la distancia entre ellas; y la otra bobina, la receptora, genera una corriente alterna como respuesta, la cual tiene su variación modificada en función de la conductividad eléctrica del suelo, resultando también en un valor de CEa, igualmente representado por la unidad de medida mS s-1".

¿Cómo medir la conductividad eléctrica del suelo?

La medición de la conductividad eléctrica del suelo a través de la resistividad eléctrica se realiza mediante la inyección de una determinada intensidad de corriente eléctrica en la superficie del suelo, mediante un conductímetro especialmente desarrollado para la medición en el agronegocio. Es rápido y capaz de medir grandes distancias en poco tiempo, georreferenciado y con al menos cuatro discos de corte similares a los de una sembradora, que funcionan como electrodos.

Además de medir la conductividad eléctrica del suelo en la superficie del terreno, este método también permite conocerla en profundidad, simplemente aumentando la distancia entre los electrodos, ya que la profundidad medida verticalmente es siempre proporcional a la distancia horizontal entre los electrodos.

Por otro lado, la medición de la conductividad eléctrica del suelo mediante el método de inducción electromagnética (técnica inductiva), como se mencionó anteriormente, consiste en una bobina electromagnética que induce una corriente eléctrica sobre la superficie del suelo hasta una segunda bobina, que genera una corriente alterna como respuesta y cuya variación se modifica en función de la conductividad eléctrica del suelo.

Una diferencia fundamental entre los dos métodos es que la medición mediante el método resistivo requiere que el suelo contenga una cantidad significativa de humedad, ya que el agua es un elemento fundamental que sirve como medio de propagación de la corriente eléctrica, y sin ella el contacto de los electrodos con el suelo es afectado. Incluso, algunos autores recomiendan que la recolección de datos se realice con el suelo en capacidad de campo.

Por otro lado, el levantamiento de la conductividad eléctrica mediante el método inductivo no tiene esta restricción, aunque puede variar en casos de suelo excesivamente seco o con presencia de agua por encima de su capacidad de retención. Además, la medición mediante el método inductivo está sujeta a la influencia de minerales metálicos en el suelo, lo que puede ocasionar errores de evaluación para efectos del uso agrícola de los datos.

El mejor medidor de conductividad eléctrica del suelo

En el ámbito de la agricultura, es importante tener en cuenta las enormes áreas para realizar la medición de la conductividad eléctrica del suelo y el poco tiempo para esto, ya que este levantamiento debe realizarse en períodos de entre cosechas.

Además, como instrumento de agricultura de precisión, es fundamental que los datos obtenidos estén georreferenciados; es decir, que haya una conexión entre el conductímetro y un equipo de GPS capaz de grabar la coordenada geográfica de cada punto medido, proporcionando así archivos resultantes con alta densidad de datos y que permitan la elaboración de mapas de conductividad eléctrica del suelo.

Por todo esto, el Terram es el mejor medidor de conductividad eléctrica del suelo. Un equipo investigado, planeado, probado y desarrollado por el equipo de I+D de Falker para los agrónomos, para las fincas y para la agricultura de precisión.

El Terram es simple de operar y mide la conductividad eléctrica del suelo mediante el método resistivo con los discos de corte en contacto con el suelo, permitiendo una alta densidad de datos, con mediciones cada segundo, capaz de proporcionar mapas de alta definición.

Desarrollado especialmente para el ámbito agrícola, el Terram es compacto para facilitar el transporte en volquetas de camionetas, incluso las de pequeño tamaño, y es versátil, pudiendo acoplarse a diversos tipos de vehículos.

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